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Sobre tu propio estilo artístico
El camino del artista
Es muy común escuchar, sobre todo de artistas que están en su etapa de aprendizaje de arte que en algún momento se preocupen por tener un estilo propio. Hoy os quiero hablar de lo que suele ser un camino del artista estandarizado, salvando las excepciones.

Water fountain, 2019
Cuando un artista comienza a hacer arte, suele hacerlo por ocio sin pretensiones. El objetivo de esta etapa suele ser crear por crear. Nociones como los fundamentos del arte puede rondar al rededor, pero no necesariamente es el foco principal.
Seguido llega una etapa de aprender arte. Dónde el artista decide que quiere aprender o bien a dibujar mejor, a aprender nuevas técnicas, etc. En esta etapa suele ser muy común creer que unos lápices más caros o un pincel digital concreto va a ayudarles a crear mejores obras. Esta etapa suele tomar bastante tiempo. Para mí fueron 5 años de estudio intensivo en diferentes disciplinas y medios rondando los fundamentos del arte.
Crowling in my head, 2021
Una vez llevas unos años aprendiendo de los fundamentos del arte. Con la misma mentalidad de aprender de arte, uno suele buscar sobre como obtener su propio estilo de arte. Ya no es tan interesante hacer “bien” una anatomía, una perspectiva, si no, aquello que fascina la mente es la creatividad.
Aquí comienza una etapa de exploración dónde el foco no es “¿Cómo conseguirlo?” si no “¿Cómo se hace?”. En esta etapa es muy común ver a artistas probar diferentes estilos de otros artistas que admiran. Probar este medio u el otro. Tal pincel digital o tal medio artístico. En esta etapa también suele haber pretensiones de profesionalización mirando hacia el futuro y encontrarse, además, que existe una necesidad (ficticia, en realidad) de tener un estilo propio y coherente a lo largo de los años.
Me gustaría en otro momento poder hablar de este mito, que en realidad, no es cierto. Por ahora, os dejaré un video de Contemporary art Issue que ha sido el que ha sabido explicar esto con diferencia.
Volviendo a este tema, es muy común que un artista asuma la noción de que no tiene estilo propio y que su estilo y temática es muy cambiante. Es parte del proceso en mi opinión. Solo es problemático si esto genera conflicto interno durante años. También es una etapa en la que existe una preocupación por mostrar su arte en redes sociales y todo lo que eso, además implica.
Por último, tras probar diferentes estilos y formas de proceder, uno llega a un punto dónde se cansa de estar haciendo diferentes procesos creativos, puesto que esto conlleva mucho esfuerzo personal para saltar de una forma de proceder a otra.
Comienza la etapa de auto-descubrimiento uno empieza a cambiar el foco desde el crear por y para un objetivo a enfocarse en su proceso creativo. Uno deja de lado aquellas técnicas artísticas que no le sirven o le son muy pesadas de llevar a cabo. Vuelve a retomar temas que le inspiran en un principio. Reflexiona sobre él mismo, su camino y sus intereses. Aquí nace el estilo artístico.
Una noción muy sencilla y que a su vez, escapa a muchos artistas. Es la forma en la que el gusto se crea. Esta se crea de forma misteriosa a partir de aquello que consumes y aquello que quieres emular.

Véase, un tipo de artista que consume muchísimos libros de fantasía, su película favorita es El señor de los anillos y le fascina la estética medieval, puede ser que juegue o no, a dragones y mazmorras. ¿Qué tipo de arte te esperas que haga?
Las personas no somos tan unidimensionales como lo he querido expresar en este ejemplo. Pero es muy fácil adquirir una noción de sí mismo a través de lo que consume y le gusta. Desde música, películas, libros, estéticas y juegos. Todo aquello que fascina a su maravillosa mente, puede verse reflejada, de una forma u otra en aquello que hace y que consume. Tal como la ropa, la decoración o el arte que hace.
Pongamos otro caso, ¿Qué tipo de persona te imaginas detrás de las obras del estilo “faceless art”?. Yo personalmente, sin pretensiones Freudianas. Me imagino, probablemente, un artista mujer con un gusto por muebles escandinavos tipo IKEA de líneas limpias y acabados mate. Probablemente un estilo de vestir bastante normal de jerséis y vaqueros.
Pero no quiere decir, que tú necesites ser este tipo de persona para hacer este tipo de estilo artístico. Simplemente, el tipo de arte que haces puede decirnos unas pocas cosas de ti cómo artista. Como por ejemplo, eres una persona que se enfoca más en el resultado, o te enfocas más en el proceso, eres más pulcro y ordenado o eres más de fluir con lo que salga. Yo, en cuanto a análisis psicológico de un artista a través de su obra no iría más allá, se convierte en terreno pantanoso absolutamente Freudiano.
Por eso, en la etapa de probar diferentes estilos de otros artistas tiene sentido en cierta parte, pero siempre es incompleto. Necesario, pero incompleto. Solo cuando le das la vuelta empieza a tomar sentido. Empiezas a ver patrones: “me gusta hacer esta textura con lápiz porque me gusta el acabado rugoso, le da un aspecto más vivo que me recuerda a la tierra. No me gusta cuando se ve todo plano y perfecto. ¡Oh! además me recuerda a este libro de Alicia en el país de las maravillas que me cogí el otro día con las ilustraciones de X artista” O cosas tan sencillas como: “Pues me gusta hacer este patrón porque me relaja🤷”
Así poco a poco, uno empieza a tomar consciencia de su propio gusto. Adquiriendo nociones de lo que le gusta y lo que no hacer. De porqué le gusta algo o de porqué elige uno frente a otro. Y con el tiempo, haciendo obras, uno encuentra su propio proceso artístico y su propia forma de expresarse en su campo del arte.
Este proceso lleva tiempo y se necesita mucho ver los estilos de otros artistas y muchas formas de hacer en esencia, “lo mismo”. Lleva mucho tiempo de probar diferentes cosas que te gustan más, menos o te gusta pero de otra forma. De adaptar incluso tu propio estilo a tus necesidades. Por ejemplo, no pinta igual una persona hábil que una persona en silla de ruedas. Tal vez el primero prefiere moverse a lo Pollock y esparramar pintura en el suelo y la segunda persona prefiere estar tranquila frente a un lienzo. La forma en la que tratarían la pintura estas dos personas no es la misma ni de lejos. Y sin ir tan lejos, una persona algo más impaciente puede preferir el acrílico frente al óleo. Por el simple hecho de que el acrílico seca antes y se puede trabajar en capas fácilmente.
Este post se está volviendo larguísimo, voy a dejar para más adelante un post sobre la consistencia de estilo y la exploración artística. Por hoy nada más que añadir,
Un saludo,
Daniel
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